Lluvia Briseida

Esa mujer

Otra vez esa mujer en el espejo...

sus labios delgados, torcidos y tristes,

rítmicos al lóbulo de su nariz pequeña

—roja y sensible—,

oculta entre estos y sus puntitos negros.

Su piel desértica y tan flácida

deambula con ella y sus pasos hostiles,

marchita como la rosa olvidada

y carroña para las hienas y buitres.

El retraído empañe de sus mustios ojos

hace juego con las pletóricas cicatrices,

talladas desde la pelvis a sus hombros

—invisibles.

Mortal a los años que abren heridas,

avoca fuerzas para su decrete inasible,

las noches la esgrimen entre pesadillas

inquisidoras, agobiantes e insostenibles.

 

Hastiada. Cobarde. Muere.

 

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Autor: Lluvia B. Espinoza Morales