Julio A. Rocha

UN AMOR DE CARNAVAL

Hace un par de años atrás fuimos al norte con unos amigos y como era costumbre de esas fechas el lugar estaba repleto. Bebimos y bailamos durante horas al son de las comparsas y entre talc,  papel picado y serpentinas logré divisar a una chica muy hermosa, de unos 19 años con lindo cuerpo, ojos color esmeralda, piel blanca y su pelo vasilaba entre un rubio teñido y castaño. Pero más que su aspecto destacaba su aura, su energía, transmitía algo diferente una especie de paz entre tanta fiesta.

 

Se la indique a mis amigos y todos me insistieron para que vaya a hablarle. Despues de unos minutos fui.

 

Al comienzo no sé percató de mi y es qué entre tantos prendientes que se le acercaban la música y el alcohol era dificil poder entrablarle conversación alguna.

 

La música paro un poco y toqué su hombro, se dio la vuelta y me presenté:

 

-Hola, me llamo antonio-

 

-Hola, soy Camila- me respondió.

 

-¿Cómo la estas pasando?-

 

-Super!, pero algo canzada me duelen los pies.

 

-A mi igual, ¿Te gustaria ir a sentarte y conversar?

 

-Mmm, no lo sé, estoy con mis amigas.

 

- Yo también con los míos, si queres nos juntamos todos y vamos por ahí.

 

-Dale de una.

 

Entré todos fuimos a un bar que queda cerca del lugar donde ella y sus amigas se hospedaban. Charlamos y reimos bastante, me dijo que vivía en Tierra del Fuego, que todos los años venia a Jujuy para Carnaval y se quedaba dos semanas, las horas pasaban y uno a uno nuestros amigos se fueron yendo los mios a seguir bailando y las de ella a dormir.

Nosotros fuimos a caminar mientras las estrellas nos miraban y los grillos cantaban cómo si a ellos la fiesta también le hubiese entrado la fiesta al cuerpo. De repente

 

-Ay!!!- Gritó.

 

-¿Qué pasó?- pregunté asustado

 

-Mi ojo!!! , me entró algo en el ojo- contestó

 

-haber dejame ver, me acerqué, no tenes nada-. le dije

 

-Si!, si tengo fijate bien y soplame-.

 

Y cuando estuve a punto de hacerlo me besó.Las estrellas se rieron, los grillos se callaron y el tiempo se detuvo.

 

- Y eso a que vino?

 

-No sé, me gustaste mucho

 

-¿Ha si?

 

- Si, me transmitis algo diferente

 

-¿Diferente cómo que?

 

-Paz. Podria decir. No sé cómo explicarlo pero siento que si me abrazaras el mundo seria menos cruel.

 

-La cobije entre mis brazos.

 

Y nos recostamos en el piso cómo dos vagabundos y nos dormimos. Al despertar ella habia desaparecido, miré para todos lados y nada. Empeze a preocuparme.

 

Me levanté y pregunté a la gente que estaba barriendo por ese lugar y me dijeron que cuando ellos llegaron yo estaba durmiendo sólo

 

Todo me parecia raro  La panza empezo a sonar y fui a comprar un café en un carrito que estaba cerca.

 

Me acorde que habló de un hotel y fui para ahi. Cuando llegue la vi.

 

-Camila!- grité.

 

-He Antonio disculpame enserio, mis amigas me llamaron por la hora y me vine trate de despertarte pero fue imposible

 

-Entiendo, entiendo-.

 

-Estás todo sucio, vamos a mi pieza ahi te podes bañar.

 

-Ok.

 

Luego de eso fuimos a almorzar y a buscar a mis amigos aunque yo sabia muy bien que no los íbamos a encontrar. A la media hora nos dimos por vencidos. La abraze y se relajo de nuevo.

 

-Camila, hoy es el ultimo que estoy acá.

 

-Enserio?

 

-Si.

 

-Que lástima me hubiese gustado conocernos más.

 

-A mi igual.

 

-mmm Antonio!!! Prometeme que para el año nos vamos a ver de nuevo.

 

-te lo prometo.

 

Aunque no sé porqué se lo prometi sabía bien que no iba a poder cumplírle.

 

-nos vamos a juntar en este banco. Es más voy a escribir nuestros nombres en él- dijo alegremente y yo no me anime a interrumpirle.

 

Camila y Julio 14/02/16. Eso quedó plasmado en ese pequeño banco.

 

No pude evitar sonreir. La besé cómo nunca besé a otra chica en mi vida.

 

-Te voy a esperar- grito mientras yo me alejaba

 

Al año siguiente volvió la vi en el banco, estaba muchísimo más linda No me animé a saludarla, ni siquiera me acerqué esperó dos horas y se fue.

Así estuvo por dos semanas, la misma rutina, llegaba me esperaba y se iba, dos horas, tres. y yo mirándola desde lejos con el corazón desecho es que cómo carajos iba a ser para confesarle que nunca más nos íbamos a volver a ver cómo carajos le iba a decir que estaba muerto