Anda niña entre jaras que se hacen nuevas
cada vez que acuden las primaveras
el solaz del verano que en aras lleva
calidez a tus labios, tu risa fresca.
Mece bien con tu brisa los matorrales
que susurran dolidos hoy sus cantares
esperando que lleguen los vendavales
que anuncian tu presencia... por estos lares.
Murmullan encantados los olivares
esos versos que sueltos crean huracanes
y tormentas de rayos que celestiales
iluminan confines de almas dispares.
Anda niña y no corras... no tengas prisa
que a veces reconforta solo la brisa
y que no tiene ganas, ni necesita
que te pases de largo abriendo heridas.
Anda y vuela despacio con tus perfumes
que a dulces bocanadas siempre difundes
ambientando la vida de los que hunden
su mirada en la tuya sin ser inmunes.