Luis Alvarez

CUATRO ESTANCIAS EN MÍ, AMOR GRANDE, PARA MIS HIJAS

- III -     T H A N Y A

 

Y tú, catira  bella,

que siempre contrariaste decisiones

y cual Coloso de Rodas desafiaste 

del tiempo sus estelas,

evaluando, evaluando otras visiones 

como a todas las almas que tú amaste.

Siempre buscaste calma

en tu entorno familiar y deseado.

Tal vez, por eso, nunca te marchaste

y como en ritos de los cuentos de hadas

en un hito tu mano

construyó el bosque con un solo árbol.

Por tan bella razón, te canto y canto,

sin dejar de admirarte.

Te auguro, con mi nieta, un buen ropaje

por los siglos que vengan y por otros

que colmen con sus luces mis antojos

con pasos de cansado caminante,

pero con ansias en todos mis arrobos.

Por todas esas cosas, Thanya mía,

te amo como a las luces de mis ojos. 

 

Roma, un día de un mes de un año.