Raul Vazquez Prado

Como quisiera.

Como quisiera que estuvieras aquí, no para desvestirte con la mirada ni las manos, sino para hablarte. Contarte que ayer me la viví pensando en ti y hasta juraría que por un instante vi tu rostro en una nube.
Ya se que no crees en los amores verdaderos, que sólo los enredos de noche te hacen vivir, pero a mí, a mí me es imposible verte y no suspirar, se me dificulta verte y no llorar de alegría, porque ya habían pasado días desde la última vez que te ví.
Se que tú cama cuenta más historias que las que tu me has contado a mí, se que me miras como carne y no como hombre. Pero tus besos dicen todo lo contrario, tus besos me dicen tus miedos, tus deseos anhelados y que comienzas a sentir algo por mi. No un deseo carnal, ni mucho menos un deseo de retirada, es un deseo que trasfonda más allá de donde un día creíste que ya no había nada, ese deseo llamado amor.