Daira Hernández

LO QUE YA SABEMOS (Más Un Ejemplo)

Pensando en la conciencia reproductiva y la empatía social.

Y es que tú y todos saben que la información que nos está llegando, de Facebook por ejemplo no está completa; Nos enseña un video con un título sugerente “Fecundan a ovejas con nueva máquina” y muestran escenas verdaderamente inhumanas donde los animales son atados de patas y preñados por este invento del siglo XXI.

Seguramente te provocan una reacción estas imágenes y será esa misma que le adjuntaras al video, con solo clickear en tu pantalla, (a lo mejor si lo comparto en un pequeño círculo de conocidos también estos podrían ser parte de mi movimiento contra algo del que no tengo idea que es.) Contéstame ¿Por qué solo nos limitamos a 1 de esas 6 posibles oposiciones? ¿Porque no nos ahogamos de empatía y nos ponemos a llorar o explotamos de rabia?

La verdad es, que no nos importa, lo dejamos de ignorar por 115 segundos mientras es tendencia y después pasa a ser menos irrelevante que el tráiler de una nueva película o una nueva reacción en tu foto. Que hipócrita se a echo la “humanidad” ha cambiado el concepto totalmente al arrancarle los valores al significado. Pues ya no vale nada, se hizo que la sociedad aprobara todo esto sin darnos cuenta. Y lo hicimos. Pero existe mucho más que alguien grabando con cámara escondida, detrás de todo eso crecen más 194 razones para producir animales como si fueran botellas de plástico.

Pero tener edad para procrear no es sinónimo de madures reproductiva, las generaciones más jóvenes están mal orientadas en la mayoría de los países, que si no son los más poblados, se dirigen al mismo destino con velocidad notable. ¿Y entonces? La sociedad se hace más grande, pero no estamos haciendo nada para que crezca de la manera correcta. Pues junto con este aumento de población llegan infinidad de problemas sociales, que hoy en día pueden solo ser ignorados como los conflictos culturales o las serias cuestiones ambientales.

Los jóvenes carecen de capacidad para bien educar a sus sucesores, no están preparados para enfrentar estas situaciones, no estamos informados y lo peor es que no nos importa ser ignorantes de temas tan importantes como estos, que han perdido prioridad y que se van a consumar parra ellos. Nuestros hijos, nietos, bisnietos… Pero ¿Cómo les vamos a hablar a los más pequeños sobre la violencia y la explotación humana y animal? ¿Qué les diremos de la guerra o el calentamiento global?

Ya no es tiempo de idear respuestas, porque ellos lo están viviendo ya, nosotros lo estamos provocando. Pero, podemos seguir desconociendo nuestras circunstancias hasta que nuestros herederos quieran hacerse carga de lo único que les estamos dejando. Así que ¿Por qué no? Vamos a procrear más trivialidad.

por: Daira Fernanda González Hernández