Loba esteparia

Sin

Se fue.
Pero se fue de verdad.
No es que sienta desamor.
Siento des-ella.

No creo que casi nadie lo entienda.

¿Sabes lo difícil que es empezar y terminar días una y otra vez, sabiendo que no verá más la luz del sol?

No es justo, ¿lo entiendes?

Sigo atrapado en éste bucle que me vuelve majara.

Mi cuerpo me sigue recordando el dolor, se repite constantemente, me agota.

Vivo con la pena viviendo en mí.
Vivo pensando que volverá a vivir.
Vivo creyendo que volverá a sentir.

Quedó tanto por decir,
por gritar,
por gemir,
por sonreír,
por llorar,
por reír,
por olvidar...

Se han volado todas las papeletas.
No existe ni la suerte, ni la casualidad.
Y las veletas ya no apuntan al norte, ni al sur.
No hay viento porque ya no está aquí.

Pero.

Me gustaría que supiera que no me he rendido.

Aún conservo mi memoria.

Cuando pienso en ella,
puedo notar la calidez del sol,
me alumbra el camino.
Sigue teniendo poder sobre mí,
no ha terminado de irse, ¿sabes?

Cuando pienso en cómo reía
no puedo evitar sonreír por ella.

Aún veo sus ojos,
nítidos, hermosos,
aún me puedo ver reflejado en ellos,
sus pupilas fijas en mí,
su voz,
su suavidad,
su dulzura,
sigue haciendo efecto sobre mí.

Me quedo con todo eso bueno que eras tú y que no tuviste miedo de dármelo. 
Me quedo con eso que en su momento pude pasar por alto pero que ahora es imposible de ignorar.
Me quedo con el yo que existió junto contigo.
Y ahora mi lucha es la lucha de tenerme a mí, a mi lado, otra vez. 
Perderte me ha hecho querer rescatarme.

Mis recuerdos son cómo películas que podré rebobinar, y verlas como si las viera contigo. 
Y seguiré luchando como si tu siguieras luchando conmigo.

 

A Irune. Halla descanso.