Oscar Fuentes F.

\"El filo del sueño\"

Vivo con insomnia y a veces con sabanas en los ojos,

capturo tomas que guardo en un álbum sin ficheros,

las recuerdo cuando veo que se inclina la nostalgia

para tener en mente que somos tiempo en este mundo.

Me imagino como un retrato, en su complicidad anónima y tan mutua,

un suspiro rociado de sabor sepia con realce del naranjo en un borde de la costa.

 

Recuerdo la oscuridad del frio, en una noche de paso firme

anclado a las estrellas con las manos en los bolsillos.

Pero por mucho que recuerde, a veces sueño,

y despierto despavorido, sin haberme ido ni 5 segundos

a un plano alternativo,

mas es lo que disfruto de un escape momentáneo

al borde de un roquerío, en un balcón sentado

o tirado frente al cielo.

 

Vivo con insomnia, porque no recuerdo lo que es dormir,

perder horas sin ser un saco de tristezas,

un viaje auténtico sin ser carroña del presente…

extraño despojarme de mi cuero,

confiar en la mera percepción

de que el tiempo es sueño y los sueños llevan tiempo.

No se acaban hasta que uno lo descubres quebrado

 habiendo creído que nunca existió

y el otro lo encuentras muerto en las manos de un reloj.

 

Grueso error no vivir con sueño(s)

sin haber reflexionado que tanto el morir

como el dormir, llega para cada uno a su propio tiempo.

 

¿Quién te ha obligado a tener que usar el sueño,

si apenas te enseñaron que estos existen y quieras …soñarlo?

 

Sin dormir ves que no eres sueño ni tiempo

luego duermes y no recuerdas que eras tú,

el mismo pero despierto al tanto que no existen pautas de noche,

que mientras todos están con sus delirios nocturnos,

tu caminabas en la pesadilla de no conciliar el tiempo, el sueño,

de hacer de este mundo una mera interpretación de escenas en vida real,

sin noche, sin día,

hacer del sueño una fantasía y la vida una rutina romantizada.

 

Vivo con insomnia porque ya no me gusta recordar,

pero no olvido y no detengo marcha,

con o sin sueños, duermo acogido

por un par de minutos en silencio siendo brisa,

yéndome en pedazos al olvido,

duermo como quien vive rondando

las oportunidades de abstinencia.

 

He tocado cielos más reales

 que una ilusión inducida, ya no duermo,

no hay momento de abandono aunque a ratos me extraño…

Se me amortigua el tiempo

y el insomnio me devuelve la vida, el arrebato,

me consuela la pena,

y sin cobrarme la vida…me devuelve el llanto.