Luna plateada

Diamantes

Los diamantes de tu faz, encandilados.

Me deslumbran al mirarlos fijamente.

Con el roce de tu alma cálida

que a la mía siempre reconoce

y hoy se adhiere.

 

A bordo de este barco de esperanza,

mecido por las olas suavemente.

Te digo que contigo aquí a mi lado.

No hay ola, ni tormenta, ni pasado.

Que evite que tus ojos yo contemple.