Fernando Espinoza

Lucía del alma mía

 

Beldad vuestra en los ojos que os miran dichosos
Por veros sonreír, por hacer mi vivir más ameno;
Beldad vuestra ¡Oh, bendita! que en mí lo puede todo:
Es ella vida y claustro de mi tormento.

 

Por eso os digo Lucía del alma mía, y por siempre,
Esperando no ofenderos en la levedad del delirio;
Porque sabed que todo lo pudiera si así fuese,
Hasta vencer este corazón por volverlo más frío.

 

Os guardo en el más dulce recuerdo,
Y mi verdad en vuestras aras, en vuestras manos mi vida;
No tanto por capricho mío es que así lo quiero,
Sino del cielo es querer que bien os quiera.
Y si en lo más oscuro perdéis el sendero vuestro,
Yo os guiaré, ¡Oh!, Lucía del alma mía.