A. Martinez

Digo.

 

¿Cómo se verán tus ojos hoy?.
Digo: ¿Cómo me vería yo?
allí, en medio de esos lagos
transparentemente oscuros,
negras aceitunas
que brillan al centro de mi
atarantado día.

 

Sería fabuloso verte. Digo:
poder sentirte externalmente,
dejar a éstas carnívoras manos
recorrerte, volver a delinear
las coordenadas ligeras
de tu cintura, los saltos,
los posos, los laureles.

 

Por lo pronto es poco lo que tengo.
Digo: únicamente puedo
liberar este avispero de palabras,
que picotean desde el pecho
hasta el calambre de los dedos,
y que gotean su deseo
sobre el eter incoloro,
que nos une mientras
nos separa. Por ahora.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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