De rosas colgadas en tus hombros, han brotado manantiales de serenidad
De tus oídos postrados sobre tus mejillas, resuenan palabras mágicas
Has dejado en mi cuerpo, la semilla de un mañana incierto
Un sueño inconcluso, una promesa ilusoria que el viento ha de diluir
Pero; ¿la razón busca entender tu consciencia?
¿O es que el cerezo nunca dejará de florecer?
Hoy pienso en tus ojos, sumidos en el suspiro de la luna
La luna de otoño, al margen de una inevitable oscuridad
Quiero ver a las estrellas danzando en torno a tu sonrisa
Esa sonrisa pálida, tras de dos ojos de cristal
Las olas de la sumisión vienen y van, cabisbajas
Se retraen en el profundo de un espíritu aventurero
Hay ansias por encontrar el confín tras el muro del silencio
En medio de un murmullo tormentoso, gritos de guerreros sin alma
Y las catacumbas florecen en tierras fértiles e inhóspitas
Traen consigo la señal de la prohibición
Es tu nombre el nuevo dogma, la condición, el malestar
Tras estas letras de bronce, escribo el punto final....