baudelairech

La estaciĆ³n

 

 

 

-¡Hace ya un tiempo, el tren no pasa!-

Decía don Clemente,

Con su voz apagada por el ruido de la Autopista.

-Solo quedan los cimientos de la casa, de la Estación,

Otrora luz de años aquellos.

Cuentan la gente allí se reunía

Y se comentaban de la Capital las vivencias

Entonces Bosa, era también Municipio,

Y transitaban uno o dos ferrocarriles

Al día, era la excusa para dialogar y festejar.

¡El aire se estremecía con el llanto

Y del ruido acompasado paso de la locomotora,

Los más viejos adivinaban la hora, así mismo,

A su pasar:

-Son las 8 de la mañana-

Don Prudencio Daza decía:

-Son las 12 meridiano-

Doña Rita la de los Cerros:

-Son las 3 de la tarde-

Doña Benilda de Santurban.

¡Ya no volverá

El trino y el humo de la locomotora,

La carrera del niño para alcanzar el último vagón,

Los sueños y las inocencias, viajan al país del más allá!-

-¡Ya no es más que una casona vieja,

Contrita a orín  por los recuerdos

De los ayeres,  de tiempos viejos, tiempos,

De las festividades, y las romerías de las muchachas

Con sus largos trajes y pieles encantos;

Encanto, singular pasado,

de la Estación de Bosa, barrio,

su recuerdo, no morirá!-