isabel covarrubias

Él

Por esperar tu calor que no llegaba mi corazón quedó inerte y mi vida apagada... Llegó él con su mirada encendiendo mi vida y la pasión consumada, removió las cenizas y encontró un corazón que débilmente latía, al que todos creían inerte, él con sus caricias me devolvió la vida, y respiré un amor latente.

 

Haciéndome sentir en el firmamento, regalándome un océano de besos, él encendió el fuego en mi cuerpo, una llama por dentro, es poderoso, es mi cielo, es fuerte como el viento, porque él es mi dueño, él es quien guía mis pasos, quien me lleva de su mano, él es el hombre que AMO.

 

Gracias a él olvidé malos tiempos, gracias a él olvide tu amor que dejó un amargo recuerdo, doy gracias a Dios por conocerlo, al destino por traerlo, a ti por abandonarme, a él por amarme, porque cuando tuve frío él me dió calor, cuando estuve sola él me acompañó, me dió su ternura con todo su amor.

 

Él tiene en la mirada la belleza de su alma, mis ojos brillan cuando lo veo, mis nervios me confunden y mi cuerpo se funde de deseo, soy el mar sin calma por sentir sus caricias sin medida, sin tiempos, sin prisas, por él naufragaría, por él soy yo misma sin miedo.

 

Él sostuvo mis manos cuando temblaban porque tú no estabas, él seco de mis ojos mis lágrimas desconsoladas, él acompañó mi alma que tú dejaste solitaria. El cielo contempló mi llanto, el ave me dió su canto, el mar en silencio fue testigo de mi triste desencanto.

 

Tu amor fueron palabras con mentiras, su amor es la verdad que en mi alma habita, él es un fragmento de cielo en mi vida, los rayos del sol en su mirada me iluminan, en cada abrazo siento su calor, en mí ya no hay escalofríos, ya no hay temor, a él le entrego mis sentimientos y mi más profundo AMOR.

 

Es un hombre excepcional, con gran temperamento, persistente, me hace sentir importante, me dió seguridad y me olvidé de ser cobarde a pesar de los obstáculos existentes... Me amó incansablemente, reconozco la superioridad que tiene, él es vital en mi vida, él es la clave de mi dicha porque me enseñó amarme a mi misma.

 

                                                             Isabel Covarrubias