Alexander Elías

Hola Alma!

Sabes,

en este tiempo he aprendido que la elocuencia del silencio,

también tiene misterios por develarnos,

he caminado a la orilla de mi mismo por mucho tiempo

y en ese trasegar periférico,

me pude encontrar con tu mirada en mis ojos,

y entendí que me esperabas,

como una primavera que sabe que se agota,

poco a poco, el invierno.

Ya he roto mi crisálida de NoPuedos,

de excusas y de miramientos,

me he arrojado al vacío de la hoja (pantalla) en blanco

y al parecer sigo cayendo.

En verdad el vértigo solo surge antes del salto,

ahora toda la nada que había NoDicho se va desdibujando

y puedo contornear en el horizonte próximo un Te Amo.

Te Agradezco.

Tu sabes Alma, y si no lo sabes lo intuyes,

que escribir es desnudarse por dentro,

es mostrar más que creatividad y talento,

es mostrarse tal como nos vemos y sabemos,

por eso, con la paciencia que aún no tengo

y sin las excusas que me sobran, te escribo,

a pesar de una voz interna que reconociendo que puedo,

me dice: no quiero (¡saludos del nerdo!)

Te escribo, porque de algún modo me escribo a mi mismo,

y puedes leerme en las gotas de lluvia,

cuando consideres necesario hacer acopio

de las pistas que te dejo

para encontrarte a ti misma, más allá del anhelo.

Ahora el compromiso ya no es solo con otros,

sino con el oro que nos brilla por dentro.

Te seguiré escribiendo,

aún cuando cansada de esperar

te hayas marchado al rincón de tus recuerdos,

y de tanto recordar te hayas olvidado

del camino que nos lleva a todas partes

y que se empieza caminando hacia adentro.

Te escribiré y mantendré contacto contigo,

porque cumplo mis promesas,

porque aprendí a ser mi palabra,

a determinar ser quien quiero.

Soy un escritor que se alimenta

y se nutre de las palabras

que recorre y juega y se divierte

en el horizonte de los sentidos,

más allá de los significados estrechos.

Te escribiré porque escribiéndote, más me encuentro!

Feliz día! Feliz resto de vida!

Alma mía!