alupego (Ángel L. Pérez)

CON LA VERDAD EN LA CARA

 

Una fría mirada,
congeló las palabras.
Se bloqueó la mente,
en la idea más sabia.
El influjo de hielo,
que reveló su cara.
Paralizó los músculos,
de la boca acorchada.
Y aún se nota clavada,
la gélida mirada.
En la carne sin forma,
de la que está hecha el alma.

Se enmudecen las voces.
Cuando rompe el deseo,
la rígida coraza.
Cuando traspasa el centro,
la emoción que le embriaga.
Y como un terremoto,
de ansiedad y esperanza.
Derribará los muros,
que al corazón atrapan.
Y un huracán de fuego,
derretirá las máscaras.

La verdad se ha colado,
en la sucia maraña.
Morada de los necios,
de trepas y de sátrapas.
Donde vive la argucia,
la crueldad y la saña.
Donde crecen sin vetos,
los que roban el alma.
Vendedores de ideas,
y promesas de paja.
Donde triunfa el que medra,
succionando al que calla.

Así la razón cruza,
entre espesas lianas.
Apartando las trampas,
que el cobarde prepara.
Atravesando cuerpos,
y descubriendo caras.
Despojando de mugre,
las nocivas palabras.
Y en la pizca que queda,
de saber y templanza.
Con toda su energía,
se aferra a la confianza.

Se agrietan los pilares,
que el edificio aguantan.
Se resquebraja el nudo,
que las verdades ata.
Temblando los cimientos,
de la tierra que brama.
Corazones de acero,
recubiertos de plata.
Que laten sin conciencia,
con la verdad blindada.

Murmullos a lo lejos,
que vienen a zancadas.
Con la emoción impresa,
en las voces sin habla.
Flotando se aproximan,
con la verdad en la cara.
A.L.
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