Julio Antonio B. De los Santos Peregrino

Al otro lado del mundo

Sé que mi nombre

es una ilusión de mi memoria,

que mis huellas se marchitan

cada vez que en el firmamento

se iza la bandera de la noche,

que los astros son cenizas

que la aurora barrerá,

pero sé que estoy aquí.

 

Podré cerrar mis ojos

y acariciar de nuevo la hojarasca,

empaparme de la tierra como del agua

lejos de la ponzoña

en los lagos de la sangre;

cantarle mis himnos

al pájaro mudo del tiempo

y devolverle el sonido

a las caracolas que perdieron el mar.

Mañana amaneceré

en la civilización del olvido,

apenas sentiré cuando emigren

las aves de mis sueños.

 

Yo las esperaré,

navegando en la burbuja

que complementa los océanos;

sobre las palabras pronunciadas,

sobre los silencios inconclusos.

 

Y cuando llegue la madrugada

las dejaré libres,

para que volvamos a encontrarnos

más allá del umbral de la tierra.

Hoy, ellas resplandecen

al otro lado del mundo.