¿Te imaginas?, lograr la posesión suprema,
Con el todo poder angustioso, soberbio y terrible;
De poseer, y retener tu alma en un poema,
y que quedaras ahí por siempre... pero es imposible.
Por eso es bueno que el corazón vaya latido a latido,
Y que su juventud se cree de su lento envejecer;
Como tu recuerdo, que de antiguo vence al olvido
Y por eso el complot contra la muerte nos hace renacer.
¿Te imaginas?, poder guardar tu voz en cofre sonoro,
¡Qué fugaz poder y sueño loco de vana gloria;
guardarte siempre en mi corazón como jaula de oro
Y hacer que en cada beso se re invente nuestra historia.
Y en la fiebre placentera, envolverte en una hoguera,
vivirte tan intensamente que pueda estar siempre en tí;
Alojarme en tu cuerpo tibio como alta primavera,
Y guarecer mis inviernos en él y no desear salir de ahí.
Y, no sé. Quizá es mejor que todo ésto sólo sea ensueño
pues si de verdad fuese eterna, tu eterna sonrisa clara,
y tu cuerpo estuviese siempre dispuesto a mi empeño;
sería terrible, que alguna vez, hasta tu belleza me cansara,
Por eso querido, prefiero tenerte lejos y así añorarate.
Sentir que esta lejanía no es para siempre jamás,
Y desear en tu ausencia, la dicha loca de amarte,
Y saber que ahora estás lejos, pero mañana vendrás...