Luis E. Calderon Romero

Te prometí un perfume.

 

Te prometí un perfume

de un aroma encantado,

contenido en un frasco

fino cristal tallado,

reflejos y facetas

que jamás se hayan dado.

Perfume de leyendas

y de historias pasadas

con olores de selvas

y vientos de montañas.

 

Perfume que retenga

los árboles, las ramas,

el cantar de las aves,

el murmullo del agua.

Color aguamarina

capturado en las playas

con la dulce vagancia

de las tardes soleadas.

 

Mas, no pude encontrarlo.

Donde yo preguntaba,

me decían: No tenemos

por aquí esa fragancia.

Pero mira, mi amiga,

por mi larga tardanza,

Te regalo un poema,

con perfume del alma.