Una palabra en el aire,
flotando sin un destino.
Un suspiro necesario,
encontrando otro suspiro.
Una brizna de emoción,
que no conoce el desaire.
Una mirada sin nombre,
que quiere ver el camino.
Una presencia incorpórea,
del deseo de ser divino.
La sonrisa reflejada,
entre los labios de un niño.
Placeres que se desatan,
de los nudos oprimidos.
Como pompas de jabón,
que flotando se deshacen,
como promesas de hilo.
Etéreos amaneceres,
que pretenden ser vividos.
En el viento se dibujan,
los corazones partidos.
Volando cada partícula,
a un lugar desconocido.
Dispersando los pedazos,
como gotas de rocío.
Trazando nuevos senderos,
que puedan ser recorridos.
Enamorando a otros mundos,
con cada nuevo latido.
Atrevidos sentimientos,
que abrazando los espinos.
Aprietan su corazón,
soportando el sacrifico.
Blancos corceles cabalgan,
como palomas sin nido.
Desafiando las tormentas.
En sus crines la esperanza,
flotando como cilicios.
Las tormentosas pasiones,
que arrebatan los sentidos.
Fugaces como relámpagos.
Efímeras como el destino.
Caprichosas como el verso,
que en sus rimas hace sitio.
Volátiles sensaciones,
arrebatando latidos.
Como luciérnagas ciegas,
alumbrando los caminos.
Soterrada la conciencia.
Que mira para otro sitio.
Sin ver lo que está delante,
ni lo que vale el sentido.
A.L.
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