Mallez

Sobre la playa

 

 

Se alzaban tan opulentas

y en marejadas las olas

en tu mirada serena,

y sobre tus pies, muy lentas,

rendidas las caracolas

entre la espuma y la arena.

 

¡Qué misterio y qué extrañeza

con aire de melancolía

se enclaustraba el inmenso mar,

poseyendo la belleza

del amanecer del día

que se halla innata en tu mirar!

 

Y la arena tan dorada

encendida a granel del sol

puerto de las aves era.

Y tú, anclada, moradora

fortuita como girasol

con tu rubia cabellera.

 

Efímero se despide

el día ante tu mirada

azul de mar, azul cielo.

Y un avecilla decide

en la arena, ya extasiada,

despedirse alzando el vuelo.