Me he embarcado en una batalla de la cual temo que no volveré, y si has recibido esto, significa que así fue, he forjado mi propio destino a través de mis acciones, debo admitir que algunas no han sido del todo correctas, pero todo lo que hice lo hice por mi pueblo por mantenerlo con vida.
He vivido toda mi vida empuñando una espada, he presenciado a reinos enteros caer y a otros resurgir de las cenizas, he visto a hombres valientes luchar y morir en vano, a sonreírte de frente y apuñalarte por la espalda. Los hombres pueden ser muy nobles o convertirse en demonios, son capaces de dar vida o de destruirla, a cada ser nos toca un lugar en este mundo, y en tiempos de guerra se definen bandos, pero debes saber cuándo quitar una vida y cuando perdonarla.
Desde el día que llegaste a este mundo supimos que te esperarían grandes proezas al recibir la bendición de Máni, los cielos rugían tan fuerte que los mares se levantaron y los dioses susurraban tu nombre, fue un gran presagio de una vida llena de fortuna y desafíos, fuiste el mejor regalo, el mayor logro de mi vida tanto como rey como padre tenerte como guerrero y como hijo.
Avanza sin temor, con la mirada al frente, con paz en tu interior, para que puedas tomar buenas decisiones y con voz firme defiéndelas. Ningún destino está escrito, son tus acciones lo que lo definen, así que fórjate uno bueno.
Nuestra estirpe siempre ha sabido gobernar con sabiduría y determinación y espero que tú continúes nuestro legado, recuerda que un rey no gobierna para siempre, pero vive siempre en los corazones de su gente. No permitas que la ambición te ciegue o el poder te destruirá.
Ya he dado órdenes para que te sigan a ti, ahora tú serás la luz y el camino a la gloria, que el suelo que pises sea bendecido y tus enemigos tiemblen con tan solo escuchar tu nombre.
Debo disculparme por la última decisión que tome sin consultarte, pero no dude en hacerlo ni un instante, me disculpo por mentirte pero sería un honor volver a dar la vida por ti.
Mi tiempo ha terminado, pero tu reinado apenas comienza.
Te Saludo Hijo Mío, Mi Amado Rey.
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