Verano Brisas

TRÍO DE HONOR

¡Oh Roma!,

en tu grandeza en tu hermosura,

huyó lo que era firme y solamente

lo fugitivo permanece y dura.

Francisco de Quevedo

 

Dinos francamente, Mesalina,

si quieres consumirte

en la perpetua pestilencia de tu cama.

Todo prostíbulo es pequeño para ti.

 

Tus pezones pintados,

y colgantes como pesadas sandías,

descienden vientre abajo

hasta la herida entreabierta de tu ingle.

 

Y tú, querida Julia, hija de Augusto,

bella y disoluta como nadie,

ganaste a punta de fornicaciones

el merecido destierro de la corte,

con un historial tan célebre

que se hizo para siempre inolvidable.

 

¿Qué me dices, Agripina,

hermana de Calígula,

nieta de Julia y madre de Nerón?

Cuando ya despachaste satisfechos

a todos los guardianes,

buscaste al hijo cuidadosamente maquillada,

con las más incestuosas intenciones.

 

Le ofreciste tus labios y tu cuerpo lascivo

como punto final de tus malévolos propósitos.