Luis Mariano Cortés Vega

Llora la noche

 

Escucho el llanto de la noche

llorando el dolor de tu recuerdo,

gime el viento su nostalgia

desgarrando las hojas de tus besos.

Los labios han quedado mudos,

ahogando las palabras

que nunca se dijeron.

 

Desde mi ventana

veo llorar la noche

reclamando al invierno

el calor de tu sonrisa,

se deshielan las manos

pues se han vuelto secas,

atrapadas en el pasado

que cruelmente se aleja.

 

El silencio recorre la desnudez de la noche

queriendo beber su melancolía,

han quedado fundidos los dos,

han quedado atrapados por siempre.

 

Llora la noche tu risa de encanto,

que como ladrón se entromete

en el sueño del mar adormecido

por la quietud del canto de las olas

que lloran tu partida

 

Llora la noche tu recuerdo,

como llora una madre en busca de su hijo,

la luna mece a la noche entre sus brazos

amándola con ternura

para calmar su agitada respiración,

para besarla en los labios que se secaron

por la ausencia de la risa de magia.

 

Llora la noche tu ausencia

que ha quedado fija

en las pupilas de los ojos,

por esa luz que siempre iluminó

el sendero de las calles vacías,

porque cada rincón del corazón

reclama la soledad de tu partida

 

Llora la noche su llanto incontenible,

queriendo atrapar la tersa luz de tu mano,

se escapa la esperanza, se vive el olvido,

se espera un mañana incierto,

se quiebra la voz de la sombra de la noche.

 

Respira la brisa porque llora la noche.

Es inevitable que llore la noche,

porque extraña la luz.

Y yo sigo vivo… porque lloro tu recuerdo.