YoKo

Geisha

A mi madre, quien me enseñó el solfeo de la vida

 

El agua como flores a tu piel

de tu rastro los sentidos hipnotizas

belleza en porte y estructura

melancólica singularidad de mi querida dama

 

Ángel blanco te disipas

con tu interpretación al viento

de tu fina seducción

veleta el sol a tus ojos embelesa

con la noche tu encanto en cabellera

 

Como al Koto  las trece cuerdas, que al vibrar

al espíritu del hombre haces palpitar,

humedeciendo a estirpe tu labia

de okiya a tu instante de vida.

 

Cual sublime encanto que aprisionas,

misticismo es tu penetrante

en ojos negros azabache

mirada fina que desvanece,

contemplación que con el tiempo palidece

 

Almendra angular

de este vals en movimiento

dolorosa y agónica

en la naturaleza de tu dramática historia

 

Como en la caricia Shakuhachi

es ella, mi madre quien camina

cual Geisha,  sublime mujer en dicotomía.

Clavel Rojo

© Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados