agustin Garcia

¡ Ô Arcachon !

Es el emperador que decidió que te llames: Arcachon
La villa Eugénie nos recuerda aún la época de Napoléon.
Ningún lugar de Francia se parece, a tu belleza
a lo que es tu orilla occidental bien alumbrada
Un país sin piedra, sin tierras, sin camino
escaso de tu fauna de prados salados divinos,
tus cabañas y barqueros al largo del estanque.
Un aire embebido a los perfumes embalsamados por pinos y genets
Por Las dunas ligeras a los contornos finos y armoniosos
Une montaña arenosa que domina mar y bosque.
La marea que juega con tus bancos de arena plateada
El sol que decae, dibuja una claridad inmensa
en un mar de un abanico de colores y reflejos
a las finales del día, el cielo, el agua, la arena del mismo rosa
que da la impresión de estar en el corazón de un diamante.
Saludemos también estos bellos pinos y estas retamas de oro
Que perfuman mi recuerdo y agradable a mi corazón.
En medio, tu ( île-aux- oiseaux)* tan cantada con gusto
Con sus dos cabañas tchanquées* que dominan las mareas
Guardiana eterna de esta abran de paz.
Un recuerdo sabroso, las ostras: su mejor bandeja
La duna en su silencio que nada enturbia
Su arena fina domina Océano y bosque
Deserta, calma y embalsamada bajo un cielo puro
Con una impresión de tener una abra de paz.
Nos creeríamos a las primeras edades del mundo.
Tal país puede ser llamado:
una bendición modelada y formada por Dios.
A fin de recordarnos a respectar este paraíso.

agus

* en francés: île-aux-oiseaux (la isla de los pájaros), que se encuentra frente de Arcachon al medio del estanque.
tchanquées (cabañas en zancos a la entrada de la isla)