kalazum

AL CRISTO DE VALLEGRANDE

 

En el nombre del hombre, del hombre nuevo

del padre, del hijo, del abuelo, del hombre amante

y del que ya descansa en paz

quiero echar al viento estas palabras

 

Tu sacrificio no ha sido en vano

Porque la fuerza de tu mirada

 y tus últimas palabras seguirán socavando

La conciencia de tus detractores

 

Porque tu rostro convertido en mancha

Esa mancha que nadie podrá borrar

Ni malos, traidores, tibios

 Y menos tus seguidores

 

Que tus cercenadas manos

Sigan luchando, forjando, apretando

Halando el metal

Que tus manos prolonguen por siempre la caricia

 

Los cristos no mueren

Viven eternos

 en la mente de los hombres ávidos de justicia, casa y pan

Porque solo se muere al abandonar.

 

Por eso, mi pleitesía

Rindo homenaje

De pie, erguido

Ante mi cristo de Vallegrande.