Verano Brisas

ROMANAS

Siempre está la lujuria

donde quiera que tú estés,

adulterio y fornicación

constantemente deseas,

al instante quieres pecar

con cualquiera que veas,

para cumplir la lujuria,

al guiñar las oteas.

Libro de buen amor

 

No quiero que los jóvenes,

hambrientos de lujuria,

molesten a las esposas de otros hombres;

el sitio indicado para estos nuevos sátiros

debe ser el burdel.

 

No pensó el viejo Catón

(por esos absurdos de la vida)

que muchas de las señoras de esos hombres

tenían ya muy clara su opinión sobre los sátiros.