Basilio Dobras Ramos

UN NUEVO DESPERTAR

Un nuevo despertar se augura

en la paz de ese ramaje vigoroso

que propició el encuentro inaugural.

El fresco vergel que en suspiros se deshace

-limonero feliz, ebrio de aromas-

reverdece en esplendor de frutos

cómplice del beso prematuro.

Entra el invierno con su pletórico canasto

de flores, luces, mariposas;

su sagrado rito la lluvia emprende

y bailotean en azulada alfombra

garzas y gaviotas hermanadas.

La pródiga ciudad se transparenta;

colgado de sus sueños matutinos

y un enjambre de risueñas voces

tiñe de colores la mañana.

Misterioso, profundo el mar palpita

entre perlas, algas, caracoles;

Atalaya, rompeolas en que se abisma el eco,

gozoso retorno de la estrella. . .

Tras los cristales empañados

se adivina por fin una sonrisa.