Fabio Robles

*** Tatuajes Perpetuos ***

 

Una constante llovizna,

acariciaba los pétalos,

de las blancas margaritas,

que sonreían al viento.

La lluvia de albos cristales,

que despaciosos cayeron,

partiendo pronto al vacío,

en desesperado vuelo;

fueron mantos opalinos,

de muy curioso diseño,

se depositaron suave,

en la grama como un lienzo.

 

Sentado en el viejo tronco,

veía pasar el tiempo,

mientras la lluvia mojaba

mi alma llena de recuerdos,

de lejana juventud,

cuando actos muy picarescos,

fueron lindas travesuras,

que alimentaban los sueños.

Imborrables las vivencias,

fuertes tatuajes perpetuos,

hechos con tinta indeleble,

que se llevan muy adentro,

custodiados pulcramente,

en memorables cuadernos,

atractivas experiencias,

¡Para el alma, lo supremo!

 

Lejano se oía el canto,

del ave de triste acento,

arpegios llenos de pena,

lamento de un cruel despecho;

otra cara del destino

siendo del ser otro anexo,

y no se puede evitar,

la adversidad y el tormento.

 

Es el hombre algunas veces,

un beduino del desierto,

pero en otras ocasiones,

vive en jardines de ensueño,

se debe tener paciencia,

pensar no somos eternos.