La bestia de ceño fruncido,
De ojos cansado y voz sin sonido.
Aún llora, pues lo han maldecido.
De garras gastadas y fauces rotas
¿Quién lo puede entender y a quien le importa?
En su cárcel de sombras
En su crimen y castigo
El hombre se lamenta pues en bestia se ha convertido