FRC

Mi primera dama

Una que a mi cuerpo le cantaba

canciones secretas, de su alma. 

Todo me lo susurraba al oído 

ese era su modo de amar, como \"amigos\".

Mientras los otros sean sordos a nuestro querer

todos los besos y deseos seguirán en pie.

Lo querías tanto como yo,

me lo gritabas en el silencio de tus pensamientos,

lo entendía en tus labios y en tus lentes sonrojados.

Nos semejamos a los murciélagos

que lo hacen todo de noche,

la mejor parte del día: cuando nadie nos descubre.

Nuestra sangre hierve en la oscuridad 

de nuestros cuerpos desnudos.

Y al amanecer, la indiferencia y el relego

en el día es obra de ojos inmundos.

Tu y yo y ese sentimiento de soledad.

Tu y yo nos complementamos.

Tu y yo vivimos para hacerlo, no para amarnos.