Ingrid Zetterberg B.

MI ESCALERA

 

Esa escalera,

que no la derrumben

por favor;

por esos fríos escalones

anda mi niñez

rodando todavía,

clara y tibia

como un sol de primavera.

 

Hoy,

después de tantos años

vuelvo a ella

con todo mi andar

fatigado;

y me detengo

ante sus viejas gradas

que se ofrecen cual un regazo

para mi descanso.

 

Sentada en esa escalera

retorna en mí la niña

que antaño jugara

con muñecas;

y a mi oído regresan

las voces y los gritos

de la infancia;

los pasos de mi madre.

 

¡Cuántas veces 

por esa escalera

la oí regresar

con su soledad

y nuestro pan!

 

Por aquella escalera

llegó el cartero

hasta mi puerta

en los días de ausencia,

y luego la alegría

tras las lágrimas.

 

Esa escalera,

que no la derrumben

por favor.

Hoy al verla

en mí ha brotado

todo el ayer intensamente;

todo lo que creía

oculto para siempre.

 

Ingrid Zetterberg

 

De mi libro:

\"Por los bosques del silencio\"

 

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