Canta la niebla entre tus hermosas pestañas,
corre el triste amuleto de mi corazón,
amarga esta la colina que admira esas cejas,
vacío esta el lápiz en aquel pizarrón.
Mañanas intactas se asoman por esos ojos,
aves tranquilas respiran el oxígeno en tu nariz,
vuelven los cánticos tristes de osos,
vuelve la brisa que antoja el cielo carmín.
Deseos de amor nacen en el pecho de tu amada,
cálidos abrazos vienen de un latir,
esta el amor en sus ojos esmeralda,
un amor tan fuerte que en las noches me hace morir.
Nueces dulces se esconden en mi jardín,
esperan encontrar un rastro de tu hermosa boca,
esperan encontrar ese labial que me hace sufrir,
esperan esa boca que tanto provoca.
Cuanta pasión emana este alma,
cuantos segundos lleva buscando esos ojos,
ojos que llevan a la perdición de la calma,
boca que tuerce el sendero de mis antojos.