JAVIER SOLIS

POR UNA BELLEZA CASI PIERDO LA CABEZA

Allá en la agreste sierra de mi amada patria

Hay un alegre y pintoresco pueblito

Con callecitas empedradas y aromas de alhelí

Adornado con jarritas de barro.

 

En ése pueblito perdido en el olvido

No existen hoteles ni hospedajes

El mullido verdor de la grama y el pasto

Acoge la refriega de los gentiles enamorados

 

En ése pueblito abrazado por el silencio

Vi dos enormes ojos color de azabache

En una carita de niña extraviada

Violentado por dos gruesas trenzas

 

En verdad no  te engaño

Contemplarla toda entera

Desde la  proa hasta la popa

Era para babear todo el año.

 

Perdido en la nube del amor

Cogí mi fiel y obediente  guitarra

Y en una romántica serenata quise entregar

Mi alma, mi corazón,  y todo lo demás.

 

Tan lóbrega y oscura estaba la noche

Que ni mis manos  podía ver

Despreciando la agresiva lluvia

Arranqué mi canción preferida.

 

Las melodiosas notas de mi dulce canción

Despertaron la furia de un horrible mastín

Que lidiaba entre pitbull o doberman

En todo caso mi vida no valía un pepino

 

Era noche tan oscura  que a tientas corría

Ya el can se me echaba encima

A tientas choque con un pequeño muro

Que sin más salté desesperado

 

Temí herirme al caer en lugar desconocido

Cual sería mi alegría que no me hice daño

Había caído sobre dos enamorados

Que estaban en fragorosa batalla.

 

Avergonzado y siempre enceguecido

Pedí disculpas por  la interrupción

Y volví asaltar el dichoso muro

Continuando con mi desesperada fuga

 

No pude ver  por dónde iba

Y caí en una acequia de cantarinas aguas

Empapado en lodo perdí mi guitarra

Mojado mi orgullo de poeta enamorado

 

Aquí termina mi historia

De enamorado citadino

De una linda paisana

En un pueblito olvidado

 

Lima 27 de julio del 2018