E.Zaín

La Máquina

Tú, que engulles verde a tu paso,

que ahogas pulmones de azufre,

que estacas por pura avaricia

colmenas que hieren las nubes,

que vives por siempre a la venta

del fraude del oro y sus duques,

que proclamas estar en auge

cuando el yunque hunde tu buque,

que espías las calles amargas

desde tu hipócrita cúspide,

que entregas aquellas esquinas

a cantos de luces azules,

que cubres la carne del pobre

que bebe el asfalto en la mugre,

!que no duermes ni dejas soñar

a los hombres más inútiles!

 

Te convertiste en el triste hogar

del ser que fabula y reduce

al derramar tu sangre negra

cual veneno que me seduce.