Julián Riveira Dosártes

Sin Aliento,

estoy en su presencia. ¡De sólo verla,
un sismo sacude mis venas!
¡Es una rica tortura verla!

Sus provocantes labios, ¡ah!
y su cuerpo son candela... ¡Me derrite,
me incendia!
¡En ningún momento, abandonaría mi lugar
al fin estratégico!

No,
amor mío, no me importan todas las batallas
que he reñido (o las que reñiré para estar con usted)
¡mi Musa, mi perfecta dama!

Sí, todas esas guerras no han sido nada
para mí porque sobreviví
para tenerla en mis brazos, en todos
lados... ¡hasta en mi bicicleta!

Sin aliento,
me tiene sin aliento, ¡ah, en suma complacencia!

Vistiéndome con sus labios, usted sigue
conquistándome con sus nudillos por doquier.
Así es mi mujer, ¡mi dama perfecta!

En mi abdomen y bajo este
teje brillantes (¡y más que picantes, eh!)
versos coquetos ¡ay, mi perfecta dama!
Sin aire, sin aire... Me tiene, soy suyo…
¡ah, me revienta!