Mónica Ledesma Villegas.

MARIPOSA DE SEDA

¡Tú! que vendes tu cuerpo en cada esquina, desolada en la miseria de tu barrio, que embriagas tu cuerpo para no sentirlo atado al calor de otros brazos.

¡Tú! de sueños anhelados que han quedado guardados en la oscuridad de tu turbio pasado, que te entregas a cualquiera por unas pocas monedas y un fino velo de seda.

¡Tú, madre, hija, hermana, mujer! que la sociedad no te avala “puta te llaman” depreciando tu valor, cuando más puta es quien te llama estando oculta en su zona de confort.

¡Tú! que sufres en silencio, mostrando una sonrisa y con un hijo en brazos muriendo, que lo intentas, pero mejor trabajo no encuentras; ser devoradora de hombres es lo que resta.

Cumpliendo caprichos al filo de la media noche, golpeada regresas a casa en un coche, para después irte a la cama, sin una ilusión, sin un reproche.

Indecente, es como te llaman, inhumana y calculadora, juzgan sin saber la verdadera esencia de tu ser.

Invaluable eres tú mujer mariposa como otros quisieran llegar a ser, pero jamás podrán ser por una ética que nunca llegaran a conocer.