Enigma.

Abrazo.

Abrazo.

Inmersa en el vacío de la soledad humana, expuesta e ignorante a la realidad compleja a la miseria del amor y su pecado, no tenía más en ella que destrucción y austeridad, la rabia apoderaba y dominaba el pensar, el corazón envuelto en plasma negro y obtuso moría.

 

El alba oscura con negras nubes a borbotón tapaba esa claridad que venía del ayer, óxido y hierro entre los dientes carcomían el infinito, los asesinos del amor se movían en el espíritu matando lo bondadoso, dejando el orín del mundo en él. 

Solo ella rescató los pocos restos de la calamidad, sólo ella liberó lo atado al dolor y la pena, sólo ella besó con su tibio amor esa alma que se perdía y revivió. 

Ellas viven en paz, dejan en su abrazo el alma y en su beso el candor de un ser cuando quieren ser dos, pero son una. 

Realidades sin conciencia.