La noche fría y con llovizna, me hace recordar los tiempos de alegría, pocos fríos pacas horas, solo rimas se sentían.
Corazón necio que recuerdas, alegría e ironía que quejosa la bohemia, en sus brazos sin consuelo, la fogata y la guitarra eran mías.
No presumo de vivir la sincronía, entre las barras de los bares y bebidas, no consuelo a ebrios desencantados, consuelo con las notas de la vida mis heridas.