Martha Lucía González Uribe

EL TRECE (13) DE JULIO

(Escrito y cerebrado - planeado

desde hacía 7 días.)

 

El 7 de julio de 2.018  

ELLA LO PLANEÓ TODO

con absoluta frialdad 

FUE SAGAZ Y MINUCIOSA

HASTA EL DETALLE MÁS PEQUEÑO

LO TUBO EN CUENTA

Y, llegó la desolación,

el Horror, el maltrato sofisticado,

ese que nunca te imaginas

la pesadilla...

Como por sorpresa

se tomó, para ella sola

con su amiga,

el que había sido

su hogar.

Su hogar de las dos

lleno de minuciosos

detalles de Amor

y Delicadeza.

Hace ya, doce duros años,

Interminables...

Demasiados para que haya reparación.

Porque ella sigue, 

como si fuese experta

en el alma humana y,

en su psiquismo,

emitiendo rótulos diagnósticos

para los que no tiene 

formación,

ni licencia.

De su padre heredó

el autoritarismo,

el creer que sabe

y, que puede opinar

acerca de todo...

 

Con amor auténtico

no se cometen abusos contra

la persona amada.

Con posesividad, 

Con integrismo,

con egoísmo,

con intolerancia:

se abusa de muchos

modos, de quien

se dice amar.

 

Los oídos aguzados:

ruido de cadenas,

de gritos espeluznantes,

luces amarillas y rojas,

barrotes en las minúsculas

ventanas.

 

Habrá muchos modos de matar pero,

ella escogió el peor,

el más doloroso,

Retorcido

y sofisticado.

Al parecer,

nunca se arrepintió

volvería a hacerlo.

 

Si existe Dios,

Para ella,

Ojalá se apiade de su alma.

Le abra los ojos

y, pueda ver

con claridad,

distinguiendo

El bien del mal.

 

Y si es así,

repare todo

el daño hecho

al ser que le dio:

LA VIDA.

8:46, a. m.  del 20 de julio de 2.018.