Franklin Sandi

Dormidos en ojos de palomas

 

 

Estuvimos dormidos en ojos de palomas

soñando los colores

cautivos de los vientres

montañosos de esta monocromática ciudad.

 

Soñamos que partimos sin quedarnos

y partimos quedándonos. Palpitamos

el centro de la esfera

y tan solo fuimos polvo

de estrellas fugitivas escapadas

de tambores y cuerdas

pulsadas por músicos silenciosos

percudidos de insomnio en paredes antiguas.

 

Estuvimos dormidos y de pronto

despertamos: ¿Qué trajimos? ¿Dónde estuvimos?

¿Quién ordenó que asumamos las encuestas

de las preguntas perversas?

¿Quien ordenó el regreso

de todos los sobresaltos?

 

¿O estuvimos soñando que partimos?