agustin Garcia

ÉLOA

Éloa que se aparta de este divino espectáculo,
Lejos de su muchedumbre y lejos del Tabernáculo brillante,
Buscaba alguna nube donde en la oscuridad
Podría por lo menos soñar en libertad...

Las Vírgenes algunas veces, para conocer su pena,
Formando una oración inesperada y vana,
Rodeándolo y tomando estos cuidados que hacen sufrir,
Pedían cuales tesoros debían ofrecer.
Y de cual precio sería su eterna vida,
Si la felicidad del Cielo agradaba poco su envidia.

Y por qué su mirada no buscaba por fin
Las miradas de un Arcángel o los de un Serafín.
Éloa respondía una sola palabra,
Ninguno de ellos necesita la que consuela
Decimos que es uno... Pero, desviando sus pasos
Las Vírgenes huyen y no lo nombraban.