Ingrid Zetterberg B.

EL DUENDE....(Cuento para adultos)

 

Me encuentro caminando por una calle silenciosa y oscura. Voy abstraída en mis pensamientos,

y de pronto escucho algo así como un silbido agudo y prolongado. A lo lejos hay un farol

encendido, y siento que la curiosidad me atrae hacia aquella esquina, junto a la cual hay un

frondoso árbol; al acercarme el ambiente se torna helado, (muy extraño por ser verano), esto

me infunde temor; y de pronto alcanzo a vislumbrar una pequeña silueta que estaba escondida

detrás del árbol.

 

Al principio creo que se trata de un niño, pero al instante descarto este pensamiento, ...¡No!...

me digo a mi misma, ¿un niño solo en la calle, y a estas altas horas de la noche? ¡Imposible!

Al instante puedo ver su figura, está enteramente vestido de rojo, pero lo más impactante es 

su rostro avejentado y macabro. Enseguida me doy cuenta que se trata de un duende, y me 

invade una oleada de pavor. Una voz interior me dice: ¡Aléjate y no lo toques! ¡es un demonio!

¡huye!

 

Entonces salgo velozmente, y cruzo un parque, pero mientras huyo, vuelvo la mirada hacia

aquella espantosa criatura, y veo con sorpresa que de aquel árbol cae polvo dorado en 

abundancia, y ya el duende ha desaparecido.

Tiempo después me entero por medio de los vecinos, que ese parque era llamado: \"El parque

de los duendes\", y que años antes habían sucedido en torno a esa esquina, cosas muy

lúgubres; incluso en una ocasión encontraron allí el cadáver de una joven, que extrañamente

tenía todo el cuerpo cubierto por un polvo dorado. Entonces comprendo que aquella noche

el amor de Dios me había librado de una muerte segura.

 

Ingrid Zetterberg

 

De mi poemario: \"Jardines de antaño\"

 

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