Francisco VV

Perro

 

Todos me veían, mas nadie me quería,

intemperie y tinieblas eran mi refugio y sustento.

Hasta que tu silencio y sonrisa me iluminaron.

 

Me llamaste por mi nombre y fui libre.

Recorrimos campos e industrias, puertos y minas.

Como la vida es relojera, sólo nos reímos con ella.

 

Soy el rumor de los niños en el parque,

no importa que tan pronto o tarde mueras,

aprende del rictus de mi cola,

contempla el suspiro de mis ojos.

 

En el desierto o en la guerra,

hasta el mismo Infierno te seguiré.

Tú lo tienes todo,

yo… sólo te tengo a ti.