Iris Lugo

SOÑANDO EN EL TIEMPO

El bosque frío cubierto de una suave neblina
que semeja la fina seda blanca,
fue testigo de ese encuentro de dos almas,
que venciendo la suave brisa que tocaba sus rostros
en una plena entrega de amor volaron juntas
hacia el infinito en donde el amor es eterno.

Mientras volaban, las nubes como copo de algodón,
tocaban sus rostros que reflejaban su amor
que lo vencía todo: el tiempo, el frío, la distancia.
Traspasaron el suave azul del cielo
que acariciaba sus rostros cuando sus se unían
para unir también así sus corazones.

Desde lo alto las almas unidas en el amor
contemplaban las olas del mar que salpicaban
las piedras y bañaban a las estrellas del mar
con el agua cálida, cristalina y transparente
que se posesionaba de los cuerpos
que disfrutaban junto sus entregas de amor.

Y así la neblina, las nubes, y las olas del mar
actuaban como fuente de amor para esas almas
que se quieren amar, venciendo el tiempo y el espacio
y tomadas de las manos temblorosas llegaron
más allá del infinito en donde no hay impedimentos
para que las almas se unan este hermoso sentimiento de amor.