Victor Gedig

Querida Tía

 

El cielo se mantuvo azul
Y el mar golpeaba las rocas
Cuando supimos de tu muerte.
Vi como mi madre lloró tu marcha
Y tu padre, se mantuvo firme
Pero en las noches sabíamos que lloraba.

Te vi durante muchos años
Siempre estabas para mí en la tarde,
Tan feliz que cambiabas mi llovizna
Tan fuerte que pensé que nada o nadie
Podría quebrantar tu vida.

Me viste crecer con el tiempo
Te vi volverte más valiente con los errores.
Las risas en la noche
Los silencios en las comidas
Los recuerdos que se grabaron en las paredes
Tus hijos que apenas aprendían a vivir
Tus nietos que empezaban a quererte
Todo se mantendra en ti.

Te lloré en mis silencios
Acompañé a mi madre en su llanto.
En la tarde de tu muerte
Me separé de todos
Y me senté en el pequeño muelle,
Pensé en lo ultimo que viste
Un pequeño cuarto de hospital
Sabanas blancas y el silencio en tu cama.

No tuve nada que ofrecerte
Y aún así eras feliz con poco.
Aún extraño tu compañía
Tus chistes pesados
Y tu forma divertida de ver la vida.
No temias a las cosas peligrosas
Diciendo que de algo había que morir,
Sin saber que contigo
te llevarías una parte de nosotros
Al momento en el que te tuvieras que ir.