Aaron Krauss

Con la noche...

Con la noche caen los versos,

con la noche se reajusta el alma

y brotan palabras de cada poro.

Se va la luz y se asoman las memorias,

los deseos y los sueños.

Entonces uno mira detrás del telón,

donde las poses y las pantomimas,

donde los diálogos memorizados

y los actos de rutina, desaparecen.

Interlocutor de su propio discurso,

uno se reafirma y se niega.

Se escucha, se censura, se motiva,

se aplaca, se tortura y se consuela.

Con la noche uno escucha voces ausentes,

palpa caricias que se han desvanecido.

Con la noche el amor se recuesta, siempre,

a lado de uno, repitiendo como en mantra

el nombre de quien amamos.

Porque la noche es eterna cómplice

de los más amorosos

y pone en mismo plano los sentidos

y los sentimientos

y las sensaciones

y las emociones,

y las conmociones,

llevando a los amorosos a amarse.

La noche se hizo para quienes aman

y para quienes sienten,

para los que se reajustan el alma

y calibran sus emociones,

para quienes tienen recuerdos

como jardines de marzo

o lluvias de invierno,

para quienes tienen un sueño

y no se permiten dejarlo.