Angélica Contreras

SOY.

SOY

Soy un árbol con ramas de aromas raros,
uno que entierra sus raíces en las piedras.
La noche de luna sin estrellas.
El viento que se asoma cada madrugada.
La brisa que se pierde en las montañas.

Soy el primer paso,
antes de la última palabra,
el futuro que nace desde mi presente.
Soy camino, soy tierra, soy mar, soy lumbre y horizonte.
Una carcajada en el eco de una lágrima.

La escalera que sube del cielo al purgatorio.
El calendario que empieza con la fecha del pecado original.
Soy el defecto más satisfactorio,
y la virtud que se desvela entre tus brazos hasta el final...

Una pecadora que alguna vez estuvo en el paraíso.
Una mujer secuestrada que no recuerda si ha sido liberada.
Soy el ego. Parecida a un gato negro,
que cada Martes 13 se dice que no cree en la mala suerte.

La promesa que se cumplió en el ayer,
con cada uno de los recuerdos oxidados,
que con un lápiz escribe lo que surge a su paso.

Soy la mirada que descubre a una mujer delicada,
necia y persistente, cómplice, excitante.
Una gota de ternura que se desliza por tu vientre,
que empieza y termina en la comisura de tus labios,
entre los besos que no nos hemos dado,
en un Sábado como éste...