Rafael Rec

QUÉ CURIOSO...

Qué curioso...

que al principio cuando siembra el jardinero

flores nuevas, flores bellas, flores tiernas,

todas sean tan admiradas, acogidas y radiantes,

y aunque sean flores modestas e incipientes

y aunque sólo sean intentos de rosales,

bienvenidas son como los lirios de los valles,

cotizadas son como el lisianthus que perece.

Qué curioso...

 que al inicio del cultivo de las rosas

el artesano y su jardín sean bienvenidos,

que las flores, aunque simples, sean queridas,

y que ese dueño del jardín, entusiasmado,

se sienta pleno con las rosas, tulipanes y alcatraces,

y que quiera que la lluvia fresca y clara, inspiradora

le asegure un ramillete cotidiano de rosales.

Qué curioso...

despertar en el jardín lleno de flores,

y comprobar que la costumbre y la rutina

desgastaron ese gusto que en la aurora

el propietario de las flores ostentaba,

y que a todas las observa simplemente

como parte del paisaje, con colores, sin aromas.

Y de pronto ocurre entonces que el que siembra

recupera el valor de cultivar flores hermosas,

con el simple fin de  hacerlo para él mismo,

con el fin nada sutil y nada etéreo

de querer ser cada vez

mejor humano y también buen jardinero.

Qué curioso…

Porque habrá quien lo perciba como agravio,

porque habrá quien  crea que es todo un menosprecio,

porque habrá quien  piense que eso es propio de insensatos.

Qué curioso...

que para mí  tan solo sea algo curioso.

 

Derechos Reservados de Autor     ® Rafael Rendón Contreras    Safecreative.org

Código de registro: 1807077657798    Fecha de registro: 07-jul-2018 1:54 UTC